El 2 de marzo de 2023, entró en vigor la Ley Orgánica 1/2023, que permite a las personas menstruantes solicitar la baja menstrual en el ámbito laboral. La menstruación ha sido durante mucho tiempo un tema rodeado de tabúes y prejuicios, reflejo del papel subordinado de las mujeres en la esfera pública.

Esta ley, es la primera dentro del territorio de la Unión Europea que regula el derecho a solicitar una baja laboral por menstruación incapacitante secundaria. La importancia de esta ley radica en incluir la perspectiva de género y abordar de manera amplia la salud sexual y reproductiva de las mujeres en el ámbito laboral, teniendo en cuenta sus necesidades específicas durante el ciclo menstrual.

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¿Qué es el derecho a la salud sexual y reproductiva?

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Gracias a las demandas del movimiento feminista, el derecho a la salud sexual y reproductiva es un derecho humano reconocido por la comunidad internacional desde 1994. De su reconocimiento deriva la obligación de los Estados de respetar, proteger y garantizar este derecho.

En sentido amplio, podemos definir el derecho a la salud sexual y reproductiva de las mujeres como el estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con todos los aspectos de la sexualidad y la reproducción. En un sentido más específico, este derecho garantiza que las mujeres tengan el control sobre su salud sexual y decisiones reproductivas, así como el acceso a los servicios necesarios para proteger y promover su bienestar físico, emocional y social.

Dentro del mismo, podemos señalar las siguientes dimensiones:

  • Acceso a la información: derecho a recibir información precisa y comprensible sobre salud sexual y reproductiva, incluyendo educación sexual, educación en salud menstrual, educación sobre prevención de infecciones de transmisión sexual, métodos anticonceptivos y cuidados durante el embarazo y el parto.
  • Acceso a servicios de salud: derecho a acceder a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, incluyendo asesoramiento sobre salud sexual y reproductiva, servicios de planificación familiar, la posibilidad de ejercer su derecho al aborto de manera efectiva y tener atención sanitaria que garantice un parto seguro.
  • Autonomía y toma de decisiones: derecho a tomar decisiones libres e informadas sobre salud sexual y reproductiva. Esto incluye el derecho a negarse a tratamientos médicos no deseados y el derecho a la privacidad médica.
  • Eliminación de la discriminación y la violencia: el derecho a la salud sexual y reproductiva implica la eliminación de toda discriminación y violencia basada en el género tanto en el acceso a atención médica como en los servicios relacionados con la misma.

¿Por qué es importante hablar del derecho a

la salud sexual y reproductiva de las mujeres?

A pesar del progreso conseguido en España gracias a la lucha por la igualdad de género, aún persiste en nuestra sociedad la discriminación hacia las mujeres. Una de las manifestaciones de la desigualdad la observamos en la falta de reconocimiento de las necesidades de salud menstrual en los lugares de trabajo.  La menstruación y los dolores asociados a ella han sido invisibilizados por ser considerados parte de la vida normal de las mujeres.

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Según datos oficiales, se afirma que la endometriosis afecta al 10% de las mujeres. Esto implica que en España, pueden sufrirla hasta dos millones de mujeres.

Dentro de este marco, surge la necesidad de abordar las necesidades específicas de las mujeres en relación con salud menstrual y favorecer un ambiente laboral más inclusivo y respetuoso como camino para seguir avanzando en la eliminación del estigma menstrual.

Entendemos como salud durante la menstruación, el estado integral de bienestar y no simplemente la ausencia de enfermedad o dolencia relacionada con el ciclo menstrual.

¿Cómo se regula en la nueva ley la salud durante la

menstruación mediante la baja menstrual?

La Ley Orgánica 1/2023, de 28 de febrero, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo reconoce en su artículo 5 bis la salud sexual como estándar de salud al disponer que “Los poderes públicos reconocerán la salud durante la menstruación como parte inherente del derecho a la salud sexual y reproductiva”.

Este reconocimiento se concreta en el artículo 5 ter, al establecer que tendrá la consideración de situación especial de incapacidad temporal por contingencias comunes, aquella baja laboral en que pueda encontrarse la mujer en caso de menstruación incapacitante secundaria o dismenorrea secundaria asociada a patologías.

Gracias a este reconocimiento expreso, la norma mejora el tratamiento de aquellas situaciones patológicas que se proyectan en la salud durante la menstruación. Con anterioridad a la entrada en vigor de esta ley, la mujer que sufría dolores durante su ciclo menstrual podía solicitar la baja médica por contingencia común, por lo que durante los primeros días de la baja no cobraba nada. Actualmente, con la aprobación de la LO 1/2023, la baja menstrual es remunerada directamente por la Seguridad Social y se abona la prestación desde el primer día.

¿Qué se entiende por menstruación incapacitante secundaria?

Como se ha mencionado anteriormente, la baja menstrual puede solicitarse por las personas menstruantes en caso de menstruación incapacitante secundaria o dismenorrea secundaria asociada a patologías.

La dismenorrea hace referencia a periodos menstruales dolorosos y puede manifestarse en calambres menstruales severos, dolor de cabeza, dolor abdominal, náuseas, cólicos y dolor de espalda por ejemplo.

  • Primaria: no está originada por ningún trastorno subyacente y se trata de dolores puntuales. Suele afectar a mujeres entre 17 y 25 años.
  • Secundaria: suele estar ocasionada por patologías como la endometriosis, miomas uterinos, enfermedad inflamatoria pélvica, adenomiosis, pólipos endometriales, ovarios poliquísticos o dificultad en la salida de sangre menstrual de cualquier tipo. La dismenorrea secundaria es más común mujeres mayores de 30 años.

¿Cuáles son los requisitos para poder solicitar la baja por menstruación dolorosa?

La baja menstrual puede ser solicitada por cualquier persona menstruante previo diagnóstico de su médica/o de atención primaria, que se encargará de constatar su situación y de autorizar la baja. El diagnóstico debe ser conforme a cualquiera de las de las patologías que señala la ley en su artículo 2.

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En la norma no se especifica la duración de la baja menstrual, por lo que su duración será distinta dependiendo del diagnóstico que se realice y la gravedad del mismo.  En cualquier caso, se presume que sean entre 3 y 5 días, teniendo en cuenta la duración general de la menstruación. No se ha establecido un límite de días ni un número máximo anual de solicitudes.

Una vez autorizada la baja menstrual, la mujer presenta la presenta en su organización, y la empresa lo notifica a la Seguridad Social.

Este procedimiento se deberá realizar cada vez que la persona se sienta incapacitada para realizar su jornada laboral por motivo de menstruación.

¿Cuáles son las características principales de

la baja menstrual por menstruación dolorosa?

  • No es necesario que la persona tenga un periodo mínimo de cotización, simplemente que esté dada de alta en la Seguridad Social.
  • Es remunerada desde el primer día de baja.
  • Es remunerada íntegramente por la Seguridad Social (por lo que no supone ningún coste para la empresa).
  • Se empieza cobrando un 60% del salario (base reguladora anual) y a partir del día 21, la retribución asciende al 75%.

¿Qué beneficios tiene para las empresas contar con medidas de acción positiva relacionadas con la baja menstrual?

La consideración y el respeto por el derecho a la salud sexual y reproductiva de las mujeres pueden generar una serie de beneficios significativos para las empresas.

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  • Reducción del absentismo no planificado: Las menstruaciones en muchos casos son regulares, lo que permite programar sus bajas con antelación en lugar de faltar repentinamente debido a síntomas graves.
  • Mejora del clima laboral y la retención de las personas empleadas: el reconocimiento de las necesidades específicas de la plantilla y el interés por su bienestar demuestra por parte de las organizaciones su compromiso con la diversidad y la inclusión y favorece que las personas se apoyadas y comprendidas.
  • Mejora del bienestar y la productividad de la plantilla: cuando las empresas ofrecen políticas y programas que apoyan la salud sexual y reproductiva de las mujeres, la plantilla se siente más valorada y apoyada. Esto puede conducir a mayor satisfacción laboral, menor estrés y mejor salud general, lo que a su vez puede traducirse en una mayor productividad y retención de talento.
  • Fortalecimiento de la imagen de la empresa y la cultura corporativa: Las empresas que demuestran un compromiso con el bienestar de su plantilla, pueden mejorar su reputación y contribuir a relaciones laborales más sólidas entre dentro de la organización.
  • Ayuda a superar el tabú de la menstruación y mejora la educación sobre la salud menstrual tanto en el lugar de trabajo, como en la sociedad en general.